Estas rosquillas, roscos, buñuelos, según el lugar se les llama de un modo u otro, me acompañan desde hace más de 20 años y su receta me la dio Gerardo, un compañero de trabajo en aquella época que se había especializado en el tema “rosquillas”.
Nos contó que había experimentado con muchas recetas y que esta era la más lograda. Hicimos bromas con esa afirmación y lo conminamos a que trajera una bandejita para comprobarlo y así lo hizo. Quedé rendida a la evidencia, están maravillosas.
Me parecen riquísimas y eso que los dulces fritos no están entre mis preferidos pero he de reconocer que no quedan nada aceitosas y tienen muchísimo sabor.
Las hago todos los años por Semana Santa, haga o no falta.
Os cuento como las hago..
Ingredientes
3 huevos
300 gr. azúcar
100 gr. aceite oliva
Esencia de anís (o 115 ml. de anís)
La ralladura de la piel de un limón y una naranja
800 gr. de harina
1 sobre de levadura. de repostería (tipo ROYAL o similar)
Pizca de sal (5 gr.)
( 1 litro de aceite de oliva suave o girasol para freír )
Elaboración
– Mezcla con la batidora (thermomix, amasadora, o con varillas manualmente) el azúcar con la ralladura del limón y naranja, los huevos, el aceite y el anís hasta conseguir que todo esté bien mezclado.
– En un bol, tamiza la harina con la levadura y la sal y vuélcala en la encimera a modo de volcán, en el centro pones los elementos líquidos que has mezclado previamente y a amasar con ganas y alegría. Una vez amasado deja reposar la masa durante una media hora.
– Comienza a tomar pequeños trozos de masa y amasa largos cordones, los vas cortando del tamaño de una rosquilla y las vas formando. Pide ayuda a tu familia, si tienes niños pequeños, involúcralos en la labor, serán momentos que recordarán siempre, los míos se llenaban de harina hasta el pelo, pero hoy que son hombres ya, se les ilumina la cara cuando lo recuerdan.
– Es más práctico formar todas las rosquillas antes de comenzar a freír.
Es ideal freír en una sartén o cazo hondo con bastante aceite para que durante la fritura las rosquillas bailen en el aceite, las vas girando para que la cocción sea uniforme.
Una vez fritas se van pasando por papel absorbente para que desprendan el exceso de aceite y enseguida por azúcar (que he puesto en una bolsa de plástico y que he triturado ligeramente pasando el palo de amasar por encima, no quiero que quede como azúcar glas, solo ligeramente molida).
Consejo: Cuidado con el aceite, es bueno que esté caliente, pero que no humee o se quemará y resultará insano. A mitad del proceso, el aceite ya estará muy lleno de harina y feo, es mejor que lo tires y frías la última tanda con aceite limpio.
sacado de
Ingredientes
3 huevos
300 gr. azúcar
100 gr. aceite oliva
Esencia de anís (o 115 ml. de anís)
La ralladura de la piel de un limón y una naranja
800 gr. de harina
1 sobre de levadura. de repostería (tipo ROYAL o similar)
Pizca de sal (5 gr.)
( 1 litro de aceite de oliva suave o girasol para freír )
Elaboración
– Mezcla con la batidora (thermomix, amasadora, o con varillas manualmente) el azúcar con la ralladura del limón y naranja, los huevos, el aceite y el anís hasta conseguir que todo esté bien mezclado.
– En un bol, tamiza la harina con la levadura y la sal y vuélcala en la encimera a modo de volcán, en el centro pones los elementos líquidos que has mezclado previamente y a amasar con ganas y alegría. Una vez amasado deja reposar la masa durante una media hora.
– Comienza a tomar pequeños trozos de masa y amasa largos cordones, los vas cortando del tamaño de una rosquilla y las vas formando. Pide ayuda a tu familia, si tienes niños pequeños, involúcralos en la labor, serán momentos que recordarán siempre, los míos se llenaban de harina hasta el pelo, pero hoy que son hombres ya, se les ilumina la cara cuando lo recuerdan.
– Es más práctico formar todas las rosquillas antes de comenzar a freír.
Es ideal freír en una sartén o cazo hondo con bastante aceite para que durante la fritura las rosquillas bailen en el aceite, las vas girando para que la cocción sea uniforme.
Una vez fritas se van pasando por papel absorbente para que desprendan el exceso de aceite y enseguida por azúcar (que he puesto en una bolsa de plástico y que he triturado ligeramente pasando el palo de amasar por encima, no quiero que quede como azúcar glas, solo ligeramente molida).
Consejo: Cuidado con el aceite, es bueno que esté caliente, pero que no humee o se quemará y resultará insano. A mitad del proceso, el aceite ya estará muy lleno de harina y feo, es mejor que lo tires y frías la última tanda con aceite limpio.
sacado de
