
Si después de esta receta os quedáis con más ganas de flan, os animo a que echéis un vistazo a alguna de las muchas recetas que he compartido en otras ocasiones, como la de flan de chocolate y café, o esta otra de flan de chocolate blanco.
Ingredientes [para 4 personas]:
Huevo - 2 unidades
Leche - 500 ml
Azúcar - 150 gramos (para el caramelo)
Azúcar - 75 gramos (para el flan)
Vaina de vainilla - 1/2 unidad
Elaboración de la Receta
El primer paso en la elaboración de esta receta es decidir si vamos a preparar nuestro propio caramelo. Hay numerosas formas de hacerlo. Podéis encontrar recetas en las que se añade agua al azúcar, o zumo de limón. También podéis preparar un delicioso caramelo simplemente usando azúcar, como he hecho en esta receta. Para comenzar, ponemos a calentar el azúcar en un cazo a fuego medio. Lo dejamos que se vaya calentando poco a poco sin tocar. Cuando empiece a fundirse, movemos el cazo para que el azúcar fundido se vaya mezclando con el que está aún sin fundir. No usamos ningún utensilio para mover el azúcar, lo hacemos moviendo el cazo. Continuamos así hasta que todo el azúcar se haya fundido.
Cuando tengamos el caramelo listo, lo vertemos en los moldes para flan. Reservamos.
Cortamos media lámina de vainilla y la rajamos longitudinalmente.
Ponemos a calentar la leche en un cazo, junto con la vainilla y el azúcar. Llevamos a ebullición y apartamos del fuego. Dejamos reposar unos minutos para que la leche se impregne bien del aroma y sabor de la vainilla.
Ponemos a calentar abundante agua en un cazo para tenerla lista para cocer los flanes al baño María.
Ponemos el horno a calentar a 180º C.
Echamos los huevos en un cuenco y los batimos con la ayuda de unas varillas.
A continuación, colamos la leche que tenemos en el cazo y la vamos añadiendo poco a poco al cuenco con los huevos. A medida que la añadimos, mezclamos para que se vaya incorporando.
Una vez que hemos incorporado toda la leche, repartimos la mezcla entre los moldes. Si lo deseamos, podemos hacerla pasar a través de un colador. Llenamos los moldes sin llegar al borde, dejando más o menos un centímetro sin llenar.
Tapamos los moldes con un trozo de papel de aluminio.
Colocamos los moldes tapados en una fuente para horno.
Vertemos el agua caliente en la fuente hasta alcanzar, aproximadamente, la mitad del molde.
Metemos la fuente al horno y cocinamos al baño María durante 30 minutos o hasta que los flanes estén cuajados. Para comprobar si lo están, pinchamos con la punta de un cuchillo, si la hoja sale limpia ya podemos retirarlos del horno.
Una vez estén cocidos, los sacamos de la fuente y los ponemos a enfriar.
Cuando pasen un par de horas, metemos los moldes a la nevera y los dejamos reposar durante varias horas antes de servirlos.
Anotaciones y Consejos
Si padecéis de intolerancia a la lactosa podéis preparar estos flanes con cualquier leche vegetal, os sugiero que probéis a hacerlo con leche de soja o leche de almendra, ya que yo los he hecho con ambas y he obtenido resultados tan satisfactorios como con la leche de vaca.
Con las cantidades de esta receta se pueden obtener varios flanes, todo dependerá del tamaño de los moldes que uséis. Si usáis flaneras tipo yogur (de unos 125 ml de capacidad), os saldrán unos 4-5 unidades. Yo he usado dos de ese tipo y 4 más pequeñas. También tenéis la opción de verter toda la mezcla en un solo molde y hacer un flan bien grande