Bizcocho de plátano casero


Como ya sabréis, utilizar frutas en los bizcochos les aporta una jugosidad que no se consigue con cualquier otro ingrediente. En este caso os presento un bizcocho de plátano. Normalmente los plátanos se utilizan para hacer banana bread, que también está muy rico, pero personalmente prefiero este bizcocho, es bastante más jugoso y su sabor a plátano lo hacen muy especial, contiene todo el sabor de dicha fruta pero sin los "trocitos". Otras alternativas que seguro os encantarán, son el bizcocho de naranja y kiwi, el bizcocho relleno de chocolate, incluso bizcocho de chocolate sin harina y muchos otros más...


En esta receta he utilizado un molde redondo de 18 cm porque quería que el bizcocho me quedara alto pero podéis hacerlo en el molde que más os guste, si es más grande os quedará más bajito pero igualmente rico.





INGREDIENTES:



Plátanos maduros - 2 unidades
Limón - Ralladura
Zumo de limón - 1 limón exprimido
Ron - 2 cucharadas soperas
Mantequilla ablandada - 100 gramos
Azúcar - 150 gramos
Huevos - 3 unidades
Harina - 300 gramos
Levadura - 2 cucharas pequeñas




ELABORACIÓN DEL BIZCOCHO DE PLÁTANO CASERO


Precalentamos el horno a 200º, y engrasamos el molde que vayamos a utilizar. Reservamos.
Pelamos los plátanos, los cortamos en rodajas y los chafamos con un tenedor hasta que quede una especie de papilla. Añadimos el zumo de limón y las cucharadas de ron. Reservamos.
Batimos la mantequilla ablandada con el azúcar hasta que obtengamos una masa espumosa. Cuando tengamos lista esta mezcla, añadimos los huevos uno a uno batiendo hasta que estén integrados después de cada adición.
Mezclamos la harina con la ralladura de limón y la levadura y lo añadimos a la pasta de plátano. Incorporamos esta mezcla a la mezcla de mantequilla y huevo y mezclamos todo bien, hasta que todo esté integrado. Echamos la masa en el molde que hemos engrasado y lo llevamos al horno. Hornearemos 30 minutos a 200º.




ANOTACIONES Y CONSEJOS


Como acompañamiento, podemos poner por encima un poco de chocolate fundido. Si lo cortamos en cuadrados o en rombos, quedan unos bocados deliciosos para acompañar un té o un café.